¿Solteros o casados?

Crecí viendo a muchas personas, parejas y familias en el negocio de mis papás. Ellos tuvieron un café y me la pasaba la mayor parte del tiempo allí, por lo que interactuaba con muchas personas. Recuerdo varios casos de parejas que llegaban periódicamente al café, siendo novios. Algunos incluso celebraban su boda allí, y cuando se casaban no se les volvía a ver, desaparecían. ¿Existen acaso tantas diferencias siendo solteros o casados? Algunos aseguran que viven mejor y otros que lo hacen de manera más intensa. Algunos solteros envidian la estabilidad que pueden tener los casados y los casados pueden envidiar las noches locas sin compromisos. Pero bueno, ¿qué hay realmente atrás de estos mitos e ideas que se tienen en cuanto a la soltería y el matrimonio? Me hace pensar como psicóloga lo que he visto y he
aprendido.
Algo que he notado es que muchos suben de peso, es una realidad. Los hombres o las mujeres se casan y se sube de peso. Esto es debido a que no hay interés en conquistar a otra persona, ¿para qué si ya se tiene a una pareja estable? Las mujeres a veces suben de peso, pero porque se acostumbran a la dieta de la pareja.
Algunas personas piensan en los casados, y piensan que es aburrido estar junto a una persona a la que ves todos los días, incluso un sábado en la noche. Estas son precisamente las cosas buenas y satisfactorias de una relación. Crear vínculos emocionales y estabilidad psicológica genera a la larga una sensación de comodidad.
Se tiene el mito de que los solteros se sienten solitarios, sin embargo la soledad es una manera de crecer como personas también. Incluso el estar con alguien no garantiza que se va a dejar la soledad. Hay personas acompañadas que se sienten más solitarias que nunca.
Otra idea que se tiene es que los casados renuncian a más cosas. Se renuncia a lo que se quiere, nadie obliga a nadie. Culpar a la pareja es una excusa absurda.
Tanto la soltería como la etapa de estar casados o conviviendo tienen sus diferencias y características, siempre he creído que las expectativas de la vida y hacia la pareja determinarán sentirse bien o mal en cualquiera de los casos. Hay cosas que cambian, de una etapa a otra, pero la vida es una secuencia de cambios que hay que disfrutar